"Todo lo bueno termina" se dijo con resignación, mientras se lanzaba hacia lo que le parecía un abismo.
La luz le encegueció un instante, y el fuerte golpe de aire sobre el pecho le hizo hasta gritar.
Fue entonces cuando la vio.
Por fin cara a cara!
Y era tal como se la imaginaba.
Su presencia enseguida le reconfortó.
Presintió que allí afuera la cosa se podría poner peliaguda, seguramente tendría que ser muy fuerte para poder sobrevivir y crecer, pero al menos contaba con esa gran ventaja.
Ella sería quien le alimentaría, quien le cuidaría, quien le enseñaría..
Lo sabía porque, aunque nunca se habían visto, se conocían desde hacía varios meses.
Ojala que dentro de poco ya pudiera por lo menos balbucear la tierna palabra "Mamá".